Te ayudamos esclareciendo aquello que realmente te motivará a trabajar duro en el gimnasio y lo que sólo será una distracción

 
1. Expectativa:  Voy a bajar 10 kilos en un mes.

Realidad:  No llegue ni a 5.

Perder sobrepeso es genial, pero estudios de la Universidad West Virginia demuestran que si sólo te enfocas en bajar equis kilos, puedes frustrarte y desmotivarte si no llegas a esa meta, y en todo caso, ni siquiera podría ser tu culpa.

Existen mil cosas que influyen en tu peso y no tienen nada que ver con grasa: cambios hormonales, músculos, altura, edad, etc. Nuevo plan: que no te importe lo que diga la báscula. Olvida ese número, a lo que debes poner verdadera atención es a tu talla. Que tu objetivo sea entrar en esa falda que dejó de cerrar la primavera pesada. Esta idea es más asequible.

2. Expectativa:  Me arreglaré para ir al gym, igual y ligo.

Realidad:  El maquillaje se está corriendo, me veo fatal.

Oh, no, no seas esa chica de la que todo mundo se ríe por llegar a clase de pilates como si fuera a pleno antro. Lo importante es que te sientas cómoda.

¿A quién le importa si estás sudando mucho? ¡Ese es el propósito! No uses tu blush nuevo (que sólo lograrás tapar tus poros) ni lleves ese —precioso— top ajustado que no te deja correr a gusto. Eso no significa que tu atuendo deba ser gris y extragrande, hay ropa que sí te motivará a llegar al gym con todo, especialmente diseñada para el deporte y con estampados muy cool; ¡úsala y diviertete!

Te recomendamos la de Lorna Jane, que tiene looks llenos de color y unos nuevos tapetes de yoga con frases que te inspirarán a sudar la gota gorda.

3. Expectativa:  Si pongo una película en mi tablet mientras corro, pasará el tiempo más rápido.

Realidad:  No estoy concentrada en la cinta y tampoco en mi ejercicio.

Si quieres ver una película, mejor que sea en tu casa y con un bote lleno de palomitas sin mantequilla (es un snack que no engorda, por cierto). La caminadora o la bicicleta no son el lugar para hacerlo por una razón muy sencilla: tu cuerpo no registra al cien por ciento que está trabajan- do y no quemas todas las calorías que mereces.

De acuerdo con los análisis realizados por la Escuela de Medicina de la Universidad Brown, tu cerebro debe estar concentrado en la actividad física para que veas verdaderos resultados, así que eso que crees que te está ayudando a pasar el tiempo, en realidad actúa en tu contra. La música sigue siendo tu mejor acompañante.

4. Expectativa: La música del salón de aerobics será muy cool.

Realidad: Esta canción eterna jamás cambia el ritmo, ya me aburrí.

Suele pasar. La música de todos los gimnasios suena igual y a los cinco minutos ya te quieres bajar de la elíptica. Arma una lista con canciones que en verdad te inspiren y tengan buen ritmo, y si no sabes qué poner, en Spotify puedes elegir los mix de música para el tipo de ejercicio que estés realizando: cardio, zumba, pesas, etc.

Eso resuelve el dilema. Incluso si estás en una clase grupal, siempre puedes ponerte tus audífonos y crear tu ambiente.

5. Expectativa: A partir de hoy dedicaré dos horas diarias al ejercicio.

Realidad: Está lloviendo, mejor pongo algo en Netflix.

El hecho de que te pongas metas altísimas no actúa en tu beneficio. A pesar de lo que pudieras pensar, un paso lento, pero seguro, es tu mejor opción. Las mujeres son más propensas a desertar de su dieta o plan de ejercicios, si no ven resultados rápidos, según las investigaciones de la Universidad Estatal de Pensilvania.

Así que no te pongas el pie tu solita con objetivos irreales. Tómalo un día a la vez: hoy comeré sano, hoy correré una hora. Cuando menos te des cuenta, ya estarás lista para rockear tu bikini.

Cosmopolitan